Zineb el Rhazoui
Siempre he mantenido en mi memoria el recuerdo de un documental en el que una mujer argelina explicaba la experiencia traumática que estaba viviendo. La tristeza que sentía, la impotencia. Ella no llevaba velo, igual que otras muchas mujeres de su generación, de lo cual se sentía orgullosa. Comentaba que el velo no significaba nada especial, nada que demostrase mejor lo que ella sentía en su interior. El drama que estaba viviendo hacía referencia a su hija. Se había enamorado de un joven del incipiente movimiento fundamentalista(hace años de esta experiencia, más tarde, las matanzas fundamentalistas islámicas agriaron la convivencia en Argelia), y de ser una joven alegre y con ilusiones empezó a cubrir su cuerpo y a seguir ciegamente el adoctrinamiento por parte de su compañero. Se la veía desesperada, no entendía lo que estaba pasando.Me transmitió su angustia que aún sigue conmigo. El futuro confirmó los peores augurios.
Hoy, aún en lo que supongo son los últimos coletazos del problema del velo en las aulas, y recordando las declaraciones de miembros de la iglesia católica, defendiéndolo y ofreciendo las escuela religiosas concertadas, en las que estas jóvenes no tendrán ningún problema. Están felices de acoger a todo el alumnado musulmán con tal de demostrar sus creeencia religiosas, están deseosos de mostrar su solidaridad entre similares.
He escuchado a una especialista musulmana del Corán comentar en las noticias que, ciertamente no existe ninguna obligación de llevar el velo a los 17 años pero, ante la actitud reivindicativa, lo que debería primar es el derecho a la educación. Derecho a la educación que en muchos países musulmanes ni tan siquiera contemplan para las niñas, niñas pobres claro. Ya sabemos que son mercancia sexual en manos del sistema patriarcal.
No entiendo la obsesión o el empecinamiento, si no es una prenda tan importante, deberían entender que están en un país en el que se ha conseguido -después de una experiencia sangrienta para hombres y mujeres en nombre de la libertad- que la religión nada tenga que decir en la vida de las mujeres.
Me ha venido a la mente cual puede ser la razón de la obsesión de estas jóvenes en reafirmar sus creencias a traves el velo, algunas con el niqab, no creo que haya ninguna mujer que reivindique el burka, pero enfin, todo llegará, vistas las cosas. Decía, me han recordado a las primeras martires cristianas que eran capaces de soportar los mayores sufrimientos con tal de demostrar el grado de misticismo y espiritualidad alcanzada en su relación con dios. Con el dios de cada una.
Eso son las religiones patriarcales monoteistas para las mujeres, han de demostrar más, mucho más, por aquello de ser las portadoras del pecado, los hombres, al fin y al cabo han sido elegidos por esos dioses patriarcales y no tienen que demostrar nada porque tienen todos los privilegios por el simple hecho de ser hombre. Gracias dios por no haberme hecho mujer...plegaria judia.
Gracias naturaleza por haberme hecho mujer.
PARA CUANDO LA DEFENSA DE TODAS AQUELLAS MUJERES A LAS QUE GUSTARÍA, DESEARÍAN, IR POR LA VIDA SIN NINGUNA PRENDA QUE LAS IDENTIFIQUE A SU PESAR. SIN OLVIDAR EL CONTROL SOCIAL Y RELIGIOSO DE LAS QUE SON OBJETO. ¿PARA CUANDO?
Como no nos damos cuenta que estámos defendiendo una sociedad patriarcal, teocrática que no respeta el deseo de libertad de muchos y muchas. Qué intereses ocultos defendemos y a costa de qué libertades? De qué manipulación perversa somos objeto cuando defendemos aquello que niega el deseo de libertad más preciado ? ¿Será a caso debido a aquellos que defienden un relativismo cultural de base patriarcal? Qué dirán ante la prohibición de las libertades de las mujeres occidentales en cualquier país musulmán?