Final del patriarcado

Es no acoger el modelo que nos degrada de lucha de sexos.
es seguir en el largo camino emprendido por mujeres y hombres
para vivir con respeto y dignidad.
nunca manipulación, violencia, odio enfermizo, cuando el amor se acaba.
es custodia compartida
ser independient@s económicamente.
casarse no ha de significar quedarse en casa cuidando a los niñ@s, más allá del tiempo necesario y pactado entre pamamapa.
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miércoles, 6 de septiembre de 2023

Encajes, en labor sirven para rematar la prenda, para que quede más bonita. Puntillas en las cortinas, en las sábanas antaño. En Catalunya hay una gran tradición de labores de bolillo, puntes, les puntaires.

 En política, parece que todo el mundo se ha hecho puntaire. Quieren encontrar un encaje que vaya bien, que haga la faena bonita, bien terminada. ¿va a servir para rematar la faena?

Pues me alegro mucho.



viernes, 14 de julio de 2023

Yolanda Díez, aunque sin fe, esperanza y nada de caridad, te votaré. Ah! una cosita, si no es dentro del sistema neoliberal, no creas tener derechos.

 Es lo que las mujeres no patriarcales, (las que están dentro del circulo de las migajas del poder político androcéntrico presumible no patriarcal, ancestral, ellas sabrán), deberíamos votarla. 

A las mujeres patriarcales, pues nada apoyando un sistema que siempre nos ha despreciado.

Es ya hora de ver lo que podemos hacer de mejor, a pesar de que dejarse seducir por esa eme de poder ancestral masculino, pues eso vaya eme.

Aunque tenemos el derecho de hacer las cosas diferentes, derecho y deber, no creas tener derechos. 

sábado, 17 de junio de 2023

Yolanda, y ahora que voy a hacer, ¿votar "escons en blanc"?

 Puta política androcéntrica patriarcal y capitalista.

O haces lo mismo que ell@s o lapidación ( con lo terrible que esta palabra conlleva, no bromas) política.

No creas tener derechos, vas a acabar haciendo lo mismo y, no quiero enumerar, bueno sí, 

¿Qué va a pasar con las residencias de nuestros mayores,- ahora en manos de buitres ansioso de sangre, Ay! perdón de dinero-, con los apartamentos turísticos (otr@s buitre ávidos de dinero), con los fondos buitres, esos sí, ávidos de sangre, con la ley electoral (menudo chollo se montaron los de siempre) perversa, etc. que no etc.etc.etc. 

Todo al servicio del neoliberalismo, perdón, del capitalismo salvaje en manos de los ya sabemos quienes son. Los mismos de siempre. 

Nepotes a doquier o a gogo.

Eso es lo que se supone será, haciendo lo mismo.

viernes, 9 de junio de 2023

23 J. Sumar, restar, dividir, o vetar. Feminismo de la diferencia o nos hemos convertido en aquello que siempre nos ha negado.

 Prepotencia y abuso de poder, sinónimo de política androcéntrica y cavernícola, carca, de caciques y privilegiados.

Liberalismo, cómo nos engaño, libertad de mercado, separación de poderes, libertad de prensa, elecciones, tardaran en ser universales de verdad, en un principio voto universal masculino y, esa cosa llamada democracia, gobierno del pueblo, la gran burla frente al absolutismo obsoleto.

Clase, machismo y ansias de poder, tipos de persecución o ¿síndrome de Robespierre? 

Me lo acabo de  inventar.

Del liberalismo, la gran esperanza blanca, se pasó al capitalismo salvaje, opresión sin mesura si se obtenía beneficio, manipulación, los intentos de un mundo más justo siempre fracasados, los mismos que los abanderaban los mancillaron y ahora nos encontramos con el neoliberalismo salvaje y pocas posibilidades de un mundo más justo gracias a todos y todas.

Hemos copiado el modelo que siempre nos ha negado, así nos va.


No sé, no sé.

Lucidez total:

"...Las plagas que aludía Derrida en Espectros de Marx (1) no han cesado de intensificarse: i) el paro elevado en mercados desregulados, ii) la exclusión masiva de ciudadanos sin techo, iii) la guerra económica sin cuartel, iv) las contradicciones entre mercado liberal y proteccionismo de los estados capitalistas, v) la agravación de la deuda externa y sus efectos en la propagación del hambre, vi) la industria y comercio de armamentos, vii) la expansión incontrolable de armamento atómico, viii) las guerras interétnicas en sentido amplio, ix) el poder creciente de las mafias y el narcotráfico y x) el estado del derecho internacional dominado por estados-nación particulares. A esas plagas se pueden agregar con facilidad tantas otras: xi) la expansión de la corrupción estructural extendida en instituciones económicas, políticas y culturales fundamentales, xii) la primacía de la economía financiera por sobre la economía productiva, xiii) el relanzamiento del neocolonialismo, xiv) la institucionalización del estado policial (y la correlativa suspensión selectiva de derechos humanos) dentro de regímenes formalmente democráticos, xv) la propagación de proyectos tecno-militares no convencionales a escala mundial, xvi) el fortalecimiento de los oligopolios mediáticos, el creciente control informativo y la falta de diversificación de las industrias culturales, xvii) la destrucción irreversible del medioambiente, xviii) los déficits estructurales de una democracia parlamentaria incapaz de responder tanto al empobrecimiento generalizado de la ciudadanía como a la concentración inédita de poder económico y político de las elites mundiales, xix) la consolidación de las alianzas entre estados y corporaciones trasnacionales, xx) la persistencia del sexismo, la homofobia y la transfobia, y xxi) la escalada del racismo y la xenofobia, que condena a una parte de la población mundial a la marginación sistémica y, eventualmente, a la muerte por abandono de miles de sujetos desplazados, cualquiera fuera el estatuto reconocido, tratados como «sobrante estructural» (2).

Un diagnóstico semejante del presente podría incluso resumirse en la referencia a procesos sistémicos entrelazados que, en la actual fase del capitalismo mundial, producen de forma compulsiva diferentes formas de desigualdad social. Con independencia al modo de conceptualizar esos procesos, el optimismo imbécil de los grupos dominantes cada vez encuentra menos asidero fáctico. El mundo social actual se parece a una escombrera de la que apenas están sustraídos quienes se protegen en sus oasis privados. La sociedad catastrófica que resulta de esta configuración política del mundo es cada vez más indisimulable.

La misma evidencia de esa catástrofe resulta tan aplastante que, tal como señaló hace décadas Habermas, las energías utópicas parecen agotadas (3), incluso si el conformismo está siendo relevado por una resignación más bien generalizada. Más todavía, ante ese agotamiento, las opciones sociales al uso parecen ser de carácter “adaptativo”: convertir el arrase sistémico en una oportunidad de negocios -tal como ocurrió de forma hiperbólica con la pandemia o con la guerra en Ucrania- o rendirse ante la evidencia catastrófica del mundo que estamos creando para gozar de sus restos. En semejante encrucijada, la izquierda política, especialmente en el sistema parlamentario, aparece más bien arrinconada. Las propias fuerzas sociales y políticas que pretenden encarnar ese horizonte, aunque activas y persistentes, están afectadas por una fragmentación que amenaza con convertirse en un verdadero cisma.

En un contexto semejante, la reformulación de un proyecto político alternativo frente a una ultraderecha sin complejos se hace apremiante. Hasta los movimientos sociales más combativos –desde el feminismo al antirracismo, desde el ecologismo hasta el anticapitalismo- tienen que enfrentar, además de su división interna, la estigmatización de la que son objeto. De forma simultánea, cabe constatar así tanto la persistencia de resistencias sociales relevantes en la construcción de un contrapoder popular como una dificultad recurrente para articular estas resistencias en un horizonte político altermundista. Semejantes prácticas, en su fragmentación, difícilmente pueden transformar unas relaciones de poder asimétricas que las condenan a seguir ocupando una posición minoritaria, cuando no testimonial, en el tablero político.

Aun dentro de las luchas culturales de nuestra época, un movimiento tan subversivo e imprescindible como el feminismo amenaza con ser fagocitado, en una de sus variantes, a nivel sistémico, con el riesgo de convertirse en un subterfugio estratégico para quienes pretenden esquivar el insoslayable debate sobre las desigualdades de clase, las opresiones raciales y étnicas y la destrucción irreversible de la naturaleza (4). ¿Qué cabe señalar sobre un sindicalismo en retirada como instrumento de clase? ¿De un antirracismo que recae de forma frecuente en cierto etnicismo esencialista o del anticapitalismo que parece condenado como un fantasma a soportar la repetición de lo terrible con dificultades para leer las mutaciones históricas de la sociedad y las posibilidades políticas que dichas mutaciones producen?

jueves, 6 de abril de 2023

Jeanne Deroin, Yolanda Díaz. Mujeres no tuteladas Recordatorio, Melancolía, Mujeres en una política podrida, Luchas de poder, Liberalismo sin piedad. No creas tener derechos.

 A Jeanne Deroin

A Yolanda Díaz

Las herramientas del amo, nunca desmantelaran la casa del amo.

UN DÍA DE LLUVIA DE 1847

Un día gris, desapacible, un cielo encapotado. La lluvia golpeaba fuerte, intermitentemente, las calles adoquinadas de París, en las paredes de las casas, en las ventanas. 

Jeanne a través de la ventana miraba pasar a la gente, gente apresurada, refunfuñando acerca del mal tiempo que estaban teniendo durante este mes de octubre de 1847, no había día que no cayese un diluvio, en cualquier momento, a cualquier hora, las ganas de llegar a casa eran muchas. 

 Mujeres y hombres en su trajín diario preocupados por mantener el trabajo, la salud, el equilibrio en la familia. Tener trabajo, un techo, un cobijo, necesidad vital en estos tiempos de crisis e inestabilidad económica; un hogar, un espacio acogedor de reposo y convivencia, un sueño inalcanzable para una gran parte de ellos y ellas a causa de la miseria material e intelectual que envolvía a la mayoría de la población. 

Hombres y mujeres atrapados en un sistema que los maltrata pero que, a los hombres, frente a las mujeres, les hace creer una mentira, como una dádiva, - que son superiores – que tienen más derechos por “nacimiento”, derechos adquiridos, parece ser, por haber sido utilizados durante siglos como carne de cañón en todos les enfrentamientos bélicos del mundo por las elites, los poderosos. Si no se creyesen superiores, ¿irían a la muerte con tanta facilidad? Aunque es cierto que no te puedes negar cuando tienes enfrente al hambre, la cárcel o un pelotón de fusilamiento. 

 A los hombres no les interesa profundizar en el origen o raíz de esta “superioridad”, nunca la perciben como una injusticia. Quizás esta supuesta superioridad esté en el hecho de que, al ser tan manipulables y vulnerables, el poder los premia con una mentira que se creen encantados. La sociedad, las religiones, a ellos les reconocen una serie de derechos, a ellas no, a pesar de que sea a base de una gran mentira y de que sin ellas no habría ellos ni historia de la humanidad. Por algo será, piensan ellos. Jeanne desde pequeña se había sentido objeto de una injusticia a la que le había costado poner nombre. 

Su madre, obrera de un taller de costura, cuando ella le preguntaba por qué no iba a la escuela, le contestaba siempre con un mohín de desprecio. A veces sabia ser muy cruel, las niñas no necesitan ir a la escuela, no entienden nada, es perder el tiempo, - es lo que dicen y han dicho siempre los hombres-. – ¿Aunque ellos mismos sean unos ignorantes y no sepan leer ni escribir? le contestaba,  cuando dejó de ser una niña. Al principio como respuesta le daba un coscorrón en la cabeza, 

 ¡Venga! a trabajar, le decía antes, ahora callaba. 

 Más tarde aprendió que la clase dirigente quiere a una clase trabajadora analfabeta, mano de obra barata. La educación para las elites, no para la chusma. Conocimiento significa poder, capacidad de crítica, rebelión y la clase dirigente solo quieren sumisión. 

 El control basado en la ignorancia de la mayoría les va de maravilla. 

Jeanne, había participado en numerosas reuniones de protesta que se estaban llevando a cabo reivindicando mejoras en las condiciones de vida y trabajo. Ahora estaba a la espera de consignas para salir a manifestarse delante de la Asamblea. De momento el diluvio parisino lo impedía. 

Habían echado al rey absolutista Carlos X, que llego al poder después del fracaso de la Revolución Francesa de 1789, la Primera República de 1793 y la época de Napoleón Bonaparte de 1799 Cónsul de la República a 1815 emperador derrotado de Waterloo. 

Ahora las elites querían imponer una monarquía constitucional y a un rey “liberal” como se presentaba a Luis Felipe I de Orleans. 

La clase trabajadora estaba harta de tantas mentiras y estaba forzando la vuelta a la república. La crisis económica total, la desilusión y descontento al ver que las reivindicaciones socialistas y republicanas para la reforma de la ley electoral y mejoras laborales no eran aprobadas habían llevado a organizar barricadas para enfrentarse al poder. Un poder que como antaño estaba formado por las élites de siempre, la iglesia y la neo aristocracia surgida de la época napoleónica y que, como antaño, no pagaban impuestos. Todo el peso del estado recaía sobe la clase trabajadora. 

Abandona el alfeizar, la lluvia sigue cayendo impertérrita, arregla las macetas de flores hibérnales que habían desplazado y se dirige a la cocina, el guiso, con su aroma le está diciendo que ya estaba en su punto. Espera a su marido y la mesa ya está preparada, sus dos hijas y su hijo tan diligentes como siempre. 

Fuera sigue lloviendo a raudales. 

Jeanne Deroin al año siguiente participará activamente en la revolución de 1848, se destacará por la lucha en favor del derecho a voto de las mujeres y en la defensa de los derechos de la clase obrera. En 1849 se presentará a las elecciones generales a la Asamblea Nacional a pesar de que estaba prohibida la participación a las mujeres. Una vez instaurada la Segunda República se aprueba el sufragio universal, esta universalidad no incluía a las mujeres que quedaban excluidas de la vida política. Jeanne fue la primera mujer en denunciar la mentira del sufragio universal e introducir el concepto de sufragio universal masculino. Hemos luchado codo a codo con vosotros por las libertades que os negaban las elites y ahora sois vosotros los que nos las negáis, había escrito en uno de sus muchos artículos periodísticos, que no dejaban de incomodarlos. 

Un golpe de estado contra la República permitió llegar al poder a Luis Napoleón que, parece, por tradición familiar pasó de ser republicano a emperador, convirtiéndose en Napoleón III. 

Jeanne, se vio obligada a exiliarse, por temor a las represalias, a Londres donde vivirá hasta su muerte en 1894.  

domingo, 2 de abril de 2023

Yolanda Díaz, aunque pocas esperanzas tengo en que, lo fundamental, pueda cambiar a nivel económico y social, -demasiado capitalismo salvaje, androcentrismo y patriarcado a nivel mundial,- quiero que sepas, a pesar, como ya te he dicho, de que pocas esperanzas tengo, ¿Por qué será?. Será por el recuerdo, triste, de "Vistatriste" (vete saber que lucha de egos o no, sucedió), y la desunión, rompimiento, como resultado a la petición, unánime, de Unidad. Será, será.

 Pocas esperanzas tengo, como ya te he dicho, de que este mundo de capitalismo salvaje, de religiones monoteístas, (falsas como ellas solas) que desprecian a las mujeres, "apoyadas por los regímenes democráticos"  que hacen ver que no; de androcentrismo salvaje que se cree que las mujeres somos marionetas que solo se pueden mover a su interés (mujeres en política son nada sino haces lo que marca el partido y el partido, vaya eme) sea el que sea. Sólo defensores de los intereses pecuniarios del sistema económico marcado por el FMI, OMC, por mucha UE que se ponga en medio, etc.; imaginario erótico; sumisas o si no eres una guarra o una puta; que mona eres si te quedas en casa como reposo del guerrero, la familia y me dejas ir de farra y te callas o las que son mujeres defensoras del patriarcado, por aquello del obrero que vota no se que, y te llaman comunista, decía pocas esperanzas de que este mundo pueda cambiar.

Pues eso digo, pocas esperanzas tengo,  la mantilla y la claca que te acompaña, no hemos venido para quedarnos, no me las dan,  pero, a pesar de todo, tienes mi voto seguro.

Menuda contradicción, de los errores no se aprende, que le voy a hacer.






Solas, Berlin is in Germany,On connaît la chanson,En nombre de la rosa, Amistad,Antonia"s line,Juno

  • Promesas del este, Amistad,
  • Persepolis, El jardinero fiel, La pesadila de Darwin, Una verdad incomoda,La pelota vasca, De xerranques i de nenes(De marelles et petites filles),
  • El laberinto del fauno
  • el Código da Vinci

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