La salud de la población es lo más importante.
Vivos en el río y en el mar.
Hay discursos a nivel económico que, gracias a l@s votantes se repiten, lo malo es cuando son las acciones las que se repiten.
El pensamiento de la experiencia, es decir, el partir de sí, se convierte en práctica política capaz de transformar el mundo, cuando un hombre o una mujer así lo quieren. Desde el partir de sí, sin mentiras, hipocresía, maldades ni violencia y actuando en todos los campos de la vida, es como entiendo mi ser mujer. A pesar de nuestras, mis, "mochilas" personales.
La salud de la población es lo más importante.
Vivos en el río y en el mar.
Hay discursos a nivel económico que, gracias a l@s votantes se repiten, lo malo es cuando son las acciones las que se repiten.
Si ya, la pobreza es una lacra, lo que puede venir un drama.
La clase política que lo es, lo fue, lo será, ¿también? pobres quiero decir.
Suerte al pueblo trabajador/ra y honrad@ que solo quiere vivir en paz.
...La receta propuesta por Milei para reconstruir Argentina es sudor y lágrimas. Anticipó que realizará un recorte del gasto equivalente al 5% del PIB y dio a entender que eliminará los subsidios al transporte público, al gas, la luz y el agua. Las numerosas veces que remarcó la inevitabilidad de un ajuste recuerdan al eslógan político de la conservadora británica Margaret Thatcher en los ochenta: “No hay alternativa”. Al igual que ella, el nuevo presidente de Argentina cree que la solución pasa por abrirle los brazos al mercado y que cualquier otra solución está destinada al fracaso.
...El apoyo al nuevo presidente es mayoritario pero no total en una Argentina más polarizada que nunca. Millones de personas recibieron sus palabras como un mensaje de esperanza y se mostraron convencidas, como les prometió, de que el sacrificio inminente “es el último mal trago para comenzar la reconstrucción de Argentina”. Lo saludaron y lo vitorearon en las calles al grito de “Argentina” y “libertad”. Otras, en cambio, temblaron al leer entre líneas que comienza un nueva era de privatizaciones y políticas económicas promercado que entronca con la del peronista Carlos Menem en los noventa y recuerdan que esa vez el país estalló por los aires con la crisis del corralito de 2001-2002.
Un ensayo distópico sin un final feliz, dice el artículo.