Triste realidad, mejor me callo lo que pienso, tanto de uno como del otro. Los campamentos de refugiados (cuatro millones de personas, que se dice pronto) mandan, la hipocresia UE, nos arrodilla. Ursula por los suelos.
Uno menosprecio, el otro no se sabe, sí, si se sabe. Muy cariñoso con el susodicho, insensible para la otra.
Del uno está claro, la prepotencia y arrogancia de un dictador; del otro, parece, se deja envolver por el aurea del poder (de la peor clase, por descontado) y pasa de todo, supongo que por no crear un conflicto diplomático, pero la verdad vaya,vaya eme.
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