Entretenida, la promoción del territorio el leitmotiv, los giros rebuscados, necesarios, para no hacerla aburrida.
Contratando a un gran elenco de artistas, por aquello de la equidad, creo.
Pero no va de equidad laboral (o sí) sino de escotes femeninos (absurdos en algunos momentos) de cuerpo objeto femenino y de cuerpo sujeto masculino, -con algunas excepciones, claro está, por aquello que la excepción confirma la regla-, son la tónica de los diferentes capítulos.
Aparte o un aparte las arrugas masculinas, bellas como no.
Ver a una protagonista, que me parecia super, en su última actuación despues de pasar por no se que tratamiento facial, descorazonador total y me ha confirmado que por mucho que se presuma de igualdad y libertad, la fraternidad, queda, como siempre excluida.
En uno de los capítulos, ella un dia frio y ventoso, con un escote absurdo que te daba escalofrios nada más verlo. El, cazadora y jersey de cuello alto y así en todos los capítulos, las protagonistas con sus camisetas o camisas desabotonadas justo en el punto morboso o "erótico". Ellos sin necesidad de demostrar nada de nada en cuanto a aspecto físico.
Aunque los pechos al descubierto o casi forman parte del imaginario erótico femenino masculino o nos lo hemos creido.
Penoso.
Meurtre à Toulouse, ella demasiado joven aún para encuadrarla en el escote, a ver lo que dura...porque lo del imaginario las mujeres lo tienen muy asumido o es un «Me Too» (o «#MeToo») a la sombra.
En un tiempo se llamaba exigencias del guión. Trabajo o no trabajo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Por favor, comentarios.