En un momento concreto de la lectura, intensa bajo mi punto de vista, me comenté a mí misma, voy a tener que releer, por su intensidad y profundidad aunque, parezca, este envuelto de banalidad y, glups! la entrevistadora al final le comenta lo mismo, es un libro que hay que releer .
Que placer de lectura, gracias monsieur Le Tellier, ahora hay que leer Toutes les familles heureuses y otros.
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