La realidad es que nuestra economia basada en el turismo, tiendas de souvenirs, bares, restaurants, hoteles de todo tipo desde el de barrio al del hotel de cinco estrellas, se da de bruces con la realidad. En todo el mundo en mayor o menor medida.
Investigación, industrias punteras, ciencia, esto no casa con la economia de playa chiringuito, turismo de borrachera que, parece daban de vivir a una gran mayoria de la población.
Fracaso escolar mano de obra barata para este tipo de actividad turística, poca preocupación por el trabajo precario, los salarios bajos, nuestra economia de miseria. Demasiado ocupados en la buena vida, los privilegios, la corrupción, lo que queda de las mordidas, vete tú a saber.
O población migrante que en sus paises de origen, gracias a su clase política corrupta, vive en una situación de miseria total.
A todo ello se le sumó la ambición de dinero fácil, apartamentos turísticos que minó la posibilidad de viviendas dignas a precio asequible.
Al gobierno ya le estaba bien, a los gobiernos, quiero decir.
Democracia, y como alguién se inventó que era el sistema menos malo, nos lo creímos, todo el mundo tranquilo.
La democracia es una palabra vacia, no tiene ningún contenido, ni hay separación de poderes, ni hay legislación por el bien común, ni justicia justa, la verdad no importa, solo el artificio, ni gobiernos dignos.
La pandemia ha dejado al descubierto que el cuerpo de este sistema político era solo una mascarada, la destapas y sólo quedan l@s vividor@s, que se lo han montado de maravilla para vivir a costa de una mentira, de muchas mentiras que la gente se cree.
Pobre gente trabajadora honesta y crítica.
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