Leo en el país el obituario que Soledad Gallego-Díaz ha escrito en memoria de Marilyn French. En él, la escritora nos recuerda la importancia que tuvo este libro para millones de mujeres en el mundo, supongo que, habida cuenta la evolución histórica de países en los que prima la religión sobre las libertades de las mujeres, para las mujeres occidentales. La protagonista de la novela "Mujeres", Mira, era el reflejo de la vida de millones y millones de mujeres en el mundo. El amor era lo más importante en su vida, de ello se deriva la familia y los hij@s. Los hombres siguen creciendo y actuando en libertad, las mujeres confinadas a las cuatro paredes del domicilio conyugal u hogar. Engaño, incredulidad, desprotección ante la prepotencia masculina, hundimiento personal, en fin un clásico. Pero Mira renace de las cenizas y es un ejemplo magnífico de la libertad de las mujeres para decidir sobre sus propias vidas y rechazar el patriarcado, cosa que, desgraciadamente, se ha perdido en el imaginario femenino, prefieren la comodidad, o no les interesa para nada.
He buscado el libro, viejecito pero perfecto, primera edición de febrero 1978. Ella, ayer igual que hoy con su cigarrillo en la mano. Recuerdo que en aquella época, como ahora, me gustaba escribir y una amiga me comentó, no te gustaría escribir un libro, sí, claro, como no, pero el que me hubiese gustado escribir ya está escrito: Señoras(tachado) Mujeres. O sea que lo tengo claro.
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