Un país que no apoya su sistema público no es nada, no es nadie.
Hay demasiadas, demasiados nadas y nadies.
Qué pena no puedo leerlo.
El pensamiento de la experiencia, es decir, el partir de sí, se convierte en práctica política capaz de transformar el mundo, cuando un hombre o una mujer así lo quieren. Desde el partir de sí, sin mentiras, hipocresía, maldades ni violencia y actuando en todos los campos de la vida, es como entiendo mi ser mujer. A pesar de nuestras, mis, "mochilas" personales.
Un país que no apoya su sistema público no es nada, no es nadie.
Hay demasiadas, demasiados nadas y nadies.
Qué pena no puedo leerlo.
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