¡Qué tiempos aquellos! ¡Y con que ganas me jubilé!
Lo que había sido un trabajo fascinante, se estaba convirtiendo en una pesadilla después de los recortes y la masificación. La falta de recursos para atender, adecuadamente, al alumnado que se encontraba en el aula completamente forzad@, sin ganas ni estímulos, y que convertía el aula en una carrera de obstáculos.
Eso sí, "eso" al final, gracias a los recortes de los que tanto presumieron, a la banca ya se sabe.
Antes momentos fascinantes, gratificantes y maravillosos con un alumnado con ganas y respetuoso.
Trabajo inmenso el que se hace.
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