Hemos dedicado parte de nuestras vacaciones a solucionar pequeños problemas domésticos, bañera rota, sanitarios danzarines, humedades y pintada general. Parecer ser que hoy se acaba todo, menos mal, aunque por una vez tengo que decir que he tenido profesionales (paletas,
lampistas, etc. jóvenes y competentes) he quedado gratamente sorprendida, gente joven que hace su trabajo con ganas, y un trabajo duro. Ayer después de un día agotador me fui a dormir temprano, pero, a según que edades, estas cosas se pagan caro. A las 4 de la madrugada me he despertado, a según que edades eso se convierte en algo normal, me he levantado, me he preparado un café y tomado una de las
madalenas de las monjas de
Siruela, mejor despertar imposible. Como no va a ser fácil retomar el sueño, cojo mi libro de
Fred Vargas de turno, ya los he leído todos y me relajo con
Adamsberg y su peculiar forma de llevar las investigaciones. Todo está en silencio, oigo un silbido, alguien llama a alguien, nada
inusual, pienso, la calle es zona de paso del pueblo a las casas de diferentes urbanizaciones. Un@ va delante o detrás, pienso. Sigo leyendo, pasan entre diez y quince minutos, otro silbido exactamente igual, se me despierta la sospecha. Vivo en una zona que ha sido/hemos sido, pasto de los "silenciosos" y donde la gente cuando se quejaba la respuesta que recibía de las autoridades, locales y autonómicas era que como solución, se pusieran rejas o alarmas,
ell@s si que deberían de ponerse rejas y no salir de casa. Al cabo de poco otro silbido,
Uy, esto ya me
huele mal, se están llamando los cacos. Llamo a la policía local, me identifico y eficientes, muy eficientes, me dicen que están al caso que saben que están entrando en algunos jardines y están en ello. Desde mi rincón, apacible hasta el momento, oigo que llega, inspeccionan, se hablan entre las diferentes patrullas, están intentando darles caza, sí caza, como alimañas que son, aunque parece ser que la logística no está del todo pulida, dicen, hay que mejorar.
Espero que no hagan daño a nadie, son gente,
algun@s, que ya mataban en la terrible guerra de los
Balcanes, y habida cuenta los genocidios pertrechados, no tienen entrañas. Otros vienen de países en los que asesinar no es novedoso habida cuenta las grandes diferencias entre ricos y pobres donde la guerrilla (abanderada de un ideal de justicia) se ha convertido en narcotraficante, sin embargo campan a sus anchas por todo el país. El contrapunto, la persecución desmesurada e inhumana que algunos países europeos hemos desplegado hacia todas estas personas que lo único que pretenden, arriesgando su vida en un mar a veces enemigo, es conseguir una vida digna.