Reconozco que lo poco que se es a través de alumn@s, que en el aula, al final de mi vida profesional, se encontraban totalmente fuera de juego.
Recién llegada al último centro (Instituto) antes de jubilarme, en mi lista de 2º de la ESO tenía a una alumna, María, que al pasar lista, sus compañer@s, con cariño y comprensión, me decían no! se llama David.
Al comentarlo a la Cap d'estudis me dijo, no se puede cambiar el nombre hasta que no esté reconocido y legalizado.
Informar sobre la situación desde el principio no hubiese estado mal, pensé.
Bueno, para mí fue una situación a la que no sabía cómo reaccionar, sobre todo porque él rechazaba todo el sistema escolar, su desinterés, su desarraigo era total. Su desprecio hacia una profesora que lo único que pretendía era impartir la asignatura con normalidad y querer incluirlo, también.
Los recortes del molt honorable, ciuicia, la falta de recursos no ayudaban.
Aquí lo dejo, absentista, debido a las visitas a especialistas y su malestar, distorsionaba todavía más su vida académica, su vida.
Libertad sexual, elegir y caminar en la senda que tu cuerpo te pide me parece algo vital, necesario.
La sociedad señala, castiga lo diferente y, se necesita mucho trabajo para llegar a una sociedad que proteja los derechos de la ciudadanía, no los derechos de una sociedad hipócrita y, eso, es lo que somos en muchas ocasiones.
El capitalismo lo aprovecha todo para sacar, sacarnos tajada. ¿Medicalización interesada?
Lo dejo de nuevo.
A finales de los cincuenta, niña, tenía una prima que siempre, siempre que podía se vestía de chico o en el carnaval de febrero siemore se disfrazaba de pirata. Pintarse bigote su pasión... nos hacía gracia, nos reíamos. El entorno la arropaba, nunca jamás nadie le hizo un comentario desagradable.
No era una mujer como su cuerpo indicaba, (bueno, tengo claro que ya no soy rigorosa en el uso de conceptos o en mis comentarios), sí lo era a nivel biológico, capacidad para procrear, de ser dos, tópicos sociales, casarse, tener hij@s, etc. pero su sentir, su mente para nada estaba en esta posibilidad, capacidad.
Crecimos, nos perdimos de vista, me enteré por familiares que era lesbiana que vivía en pareja y que, en un momento determinado, había vendido su virginidad al mejor postor, cosas.
Respeto y defiendo la libertad sexual, he tenido claro que la heterosexualidad obligatoria por los poderes controladores, iglesia y estado era violencia.
Recuerdo a las "locas" de las que todo el mundo se reía, pero reales como el resto.
Lo que nunca he soportado es que reivindicar el derecho a...supusiese repetir el mismo modelo de dominación y opresión patriarcal, un@ que domina y ejerce violencia sobre el otr@. Nunca.
Las parejas homo se reconocen muy promiscuas, Roberto, antiguo compañero, lo confesaba, bueno, es su vida.
Con el movimiento queer pérdida estoy.
Entiendo que no se identifiquen con los modelos ancestrales hombre mujer, impuestos por una sociedad patriarcal. Entiendo que el feminismo tampoco las represente con aquello de la igualdad, pero, a nivel biológico, lo que nos distingue es la capacidad de ser dos, de llevar y hacer crecer a otra persona, si queremos, si hay libertad y respeto, -no dependencia y violación- en nuestro interior.
El sentido que quieras darle a tu vida es otra cosa, ¿o me equivoco?
María Milagros Rivera Garreta en su libro El placer femenino es clitórico, creo, intenta centrar el debate partiendo del placer del cuerpo femenino, al servicio del patriarcado vaginal o al servicio de nuestro propio cuerpo y a partir de este reconocimiento, nuestro clítoris, nuestro placer, reconocernos como mujeres. Ver y estar en el mundo, partir de sí, echando de nuestras vidas la dominación patriarcal, ahora capitalista y por supuesto machista, si una que se reconoce mujer, lo quiere.
Mi duda, mi pregunta, estas nuevas relaciones ¿en base a que principios se establecen?, dominación patriarcal, repetir el modo de relación en el que un@ domina sobre el otr@, ¿abiertas totalmente sin que nadie pretenda nada, solo los sentimientos y el respeto dirigen?
¿Mujeres de derechas feministas? Sin lugar a dudas no. Una mujer patriarcal, nunca puede ser feminista.
Aquí lo dejo.
Bueno, no.
Voy a reproducir un trocito de lo que Simone de Beauvoir escribió buscando sentido a su vida:
“La historia nos muestra que los hombres siempre han ejercido
los poderes concretos, desde los primeros tiempos del patriarcado consideraron útil mantener a la mujer en un estado de dependencia, sus códigos
se han establecido contra ella, y de ese modo la mujer, se ha constituido,
concretamente como lo Otro” (Beauvoir 2008:149).
Encontrar sentido ¿fuera o dentro de?
¿Hay fuera? ¿Hay dentro?
El patriarcado capitalista machista nos baja de las nubes y vemos que el poder de las mujeres, poder real, parar las guerras, decir no a las injusticias, romper el consumismo, dejar de ser cuerpo y tantas y tantas cosas que podríamos hacer, no sabemos por qué, no hacemos.
Con lo que nos costó tomar conciencia todo de nuestro Segundo Sexo:
Su ensayo lo desarrolla desde una perspectiva de la filosofía existencialista. Simone utiliza la categoría del Otro, utilizado por Merleau Ponty y Sartre. Para los mitos lee los inéditos de Levi Strauss. Toma de Hegel la noción
de que las relaciones entre conciencias son constitutivamente conflictivas:
el sujeto solo se erige en sujeto oponiéndose a otro sujeto, por ello, es preciso, que se reconozcan mutuamente como sujetos libres e independientes.
Pero lo que ella encuentra es que, tanto en los mitos, en la historia y en la
sociedad occidental, es que siguiendo el ejemplo del amo y del esclavo, el
hombre ocupa el lugar del amo, de lo esencial, y la mujer, la del esclavo, de
lo inesencial.