Ya dos años.
Cada vez que se abre un grifo, resuena en pleno salón, en las habitaciones. En invierno la calefacción un ruido sordo que se acaba metiendo en la cabeza.
Pues eso, permiso de obras de reformas de cocina de un ayuntamiento, molestias que te pudren la vida y si quieres arroz Catalina.
El departamento técnico al que me he dirigido, nada. Y el político de turno me aconseja la via judicial, que acudamos a la justicia, para "solucionar" el problema, la vía fácil, vamos.
Alucino sin alucinógenos.
La verdad no importa, el artificio mucho.
Ah!!! y como regalo o broche de oro, según le comentaron a la Presidenta de la comunidad, abren la puerta, el perro hace lo que hace en el pasillo de entrada comunitario a tres casas, allí se queda la cosita y la respuesta, Ohh, lo siento, se nos ha escapado el perro.
Eso sí, se les escapa cada dia durante, hasta el momento, casi tres años.
Un encanto vamos.
Pudrida y bien podrida.
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