Está claro que las opiniones de los no musulmanes son rechazadas por los fundamentalistas, que aducen, no tienen ningún derecho a opinar acerca de su religión, religión que está presente en todos los actos de la vida de los musulmanes ya que el mundo islámico no ha llevado a cabo, como lo hicieron otras culturas la separación entre iglesia y estado.
No quiero terminar esta reflexión sin transcribir un trozo de una de las lecciones que estudiaba en la universidad "Aparición y expansión del Islam" que ha sido el imaginario que, durante mucho tiempo me ha acompañado, hasta aparecer los terribles fundamentalismos que rompen toda posibilidad de entendimiento.
"...Las caravanas de camelleros que atravesaban el desierto contaban, a veces, mil o mas camellos, pertenecientes a distintos mercaderes, asociados para el viaje. No obstante sus relaciones con el mundo exterior, y sus contactos con judíos cristianos, de quienes aprendieron la idea del Dios Supremo a quien debían rendir culto, seguían aferrados a sus creencias animistas primitivas, adoraban las diosas Luna (al-Lat), Hado (al-Uzza) y Madre-tierra (al-Manat), los genios o espíritus invisibles (yinn/yununn) y algunas piedras sagradas, como la de la Kaaba, un meteorito o piedra negra, que tenía ya entonces su santuario en la Meca. Este santuario recibió el nombre de Kaaba por su forma cúbica.
Individualista de corazón, el árabe era hospitalario y caballeroso, gran amante de la libertad, y poeta. La poesía conservada de la Arabia preislámica constituye el mejor testimonio de su cultura..."
El cambio vendrá de la mano de Muhammbad b. Abd-Allah b. Abb-al-Muttalib, más conocido por Mahoma(571-632), hijo de Amina y de Abb-Allah, cuando a los 40 años (611) empezó a tener visiones. Confió a su mujer que se le había aparecido el arcángel Gabriel, diciéndole que Dios, Allah, le había escogido como Nabi(profeta), más tarde Rasul, mensajero.