La incompetencia de los que cobran un pastón y viven de lujo, comidas, cenas y lo que sea gracias a esta política basada en el no hacer nada y darle la culpa al de al lado y que, en la realidad, ninguno de ell@s sirven para nada.
La gente debería ser más exigente, eso sí, inteligentemente, sin violencia, echándoles a la calle, es decir, no votándolos.
Y exigir dimisión inmediata cuando la realidad castiga tan cruelmente a la gente indefensa y atrapada en este mundo de farsa y mentiras.
Es la mejor forma de actuar.
Epicteto lo expresó en unos hermosos versos estoicos traducidos por Quevedo: «No olvides que es comedia nuestra vida/y teatro de farsa el mundo todo/que muda el aparato por instantes/y que todos en él somos farsantes».
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