
El
finde anterior a las vacaciones mi marido se aprovisionó de lectura, la última novela de
Henning Mankell y las del fallecido
Stieg Larsson. Me puse
supercontenta, soy una apasionada de
Mankell, tanto de su serie policíaca y su
Wallander (las he leído todas), como de sus novelas(
idem).
El Chino, se titula la última. Para estas fiestas tenía reserva de lectura con mis novelas de
Fred Vargas(original) y las de Dona
Leone, además del repaso de la Historia Moderna Universal de
Ariel, por aquello de no quedarse con el
abc de la ESO. Mis chic@s de 4º se lo merecen, les encanta que les expliquen la historia como un cuento, pero al final algo les queda. Como sorpresa de navidad mi hijo mayor me regaló
El xinès, cuando le dije que su padre ya se la estaba literalmente "tragando", al principio la
forofa de
Mankell era yo, el me miraba como
escéptico, su lectura, tengo que admitirlo, con
excepción de
Saramago, me supera,
Sándor Márai, Lobo
Antunez,
Pessoa, etc., me comentó que si
quería podía cambiarla por otra, ni
hablar, me encanta tanto leer en castellano como en catalán, si una novela me atrapa me atrapa, en la lengua que sea, sino nada de nada. La verdad me la he tragado,
je bien de le finir. Siempre con una prosa atrayente y de intriga, te sumerge en toda una serie de reflexiones del mundo
insolidario e injusto que hemos construido, en el que vivimos. Los personajes, casi todos femeninos y de una profundidad que estremece. La trama complicada pero que debido a su contenido de denuncia de las crueldades humanas, parece,
intrínsecas en los hombres, ayer y hoy, con aportaciones femeninas que en el pasado quedaban anegadas en una cultura patriarcal que no dejaba cabida a una visión del mundo distinta, femenina, la solidaridad y la generosidad y, profundas, en la actualidad, al enfrentarse a este mundo de miseria y violencia masculina, dan un poco de paz en un mundo que por lo general desprecia a las mujeres, te seduce. La crítica a la revolución
maoista y su evolución hasta la actualidad, con el recordatorio de una juventud de
rebeldía y "lucha" por cambiar el mundo, unido a la
cotidianeidad de los problemas de la vida en pareja y el paso del tiempo, está, a mi modo de ver, tan logrado que en algunos momentos, puedes pensar que algo de
ti hay en la novela. La trama
policíaca puede tener sus puntos flacos pero, la verdad, he pasado unas horas enriqueciendo mi
espíritu, por la cantidad de cosas que me ha despertado, a la vez que las protagonistas recordaban su pasado. También la pobreza y la injusticia humana que parece llevamos adherida a nuestra piel sin ser capaces de
sacudirnosla, unos por bellacos, otras por cómodas o " nos hemos adaptado". Y África... África... África...y sus mujeres y hombres.