Siempre se repite más o menos lo mismo, nada hacia prever el desenlace, o el lado oscuro de tantas y tantas parejas en el mundo:
La familia residía en Portas desde hace menos de un año. Antes vivía en Rubianes, una parroquia del municipio próximo de Vilagarcía que tuvieron que abandonar al ser expropiada su casa por causa de unas obras públicas. En Portas llevaban una vida que no alertó en ningún sentido al vecindario, que ayer expresaba su sorpresa por lo ocurrido.
El propio alcalde, Roberto Vázquez, confesaba su estupor: "Sólo hablé una vez con ella y me pareció una mujer fuerte y muy amable". Una opinión análoga expresaba Benigno Cochón, propietario del restaurante donde trabajaba: "Era una mujer trabajadora, alegre y extrovertida, que nunca comentó si tenía problemas o no con su marido". ¿Y el marido, cómo era?
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