A veces, hay quienes lo intentan.
Pocos, pocas.
Los sentimientos de rabia y venganza se imponen a la dignidad y respeto propio.
Amor y política, bien está lo que bien acaba.
La excepción que confirma la regla.
El pensamiento de la experiencia, es decir, el partir de sí, se convierte en práctica política capaz de transformar el mundo, cuando un hombre o una mujer así lo quieren. Desde el partir de sí, sin mentiras, hipocresía, maldades ni violencia y actuando en todos los campos de la vida, es como entiendo mi ser mujer. A pesar de nuestras, mis, "mochilas" personales.
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