No está contaminado...pero que pérfidas y malvadas somos las mujeres

Curioso, está contento y feliz por no estar contaminado por el pensamiento de género, lleva cinco años en los juzgados de familia y sabe de lo que habla. Genero y sexo, sexo diferencia natural(con todas las salvedades que se quiera hacer), género diferencias impuestas por la cultura que envuelve desde su nacimiento a hombres y mujeres. Desgraciadamente al largo de la historia siempre utilizada por muchos hombres en contra de las mujeres de su entorno, un ejemplo tonto, hombres o alimañas que lanzan ácido sobre el rostro de mujeres jóvenes para vengarse de los hombres de la familia, aquí a nuestro lado en nuestro entorno cotidiano, hombres que no soportan que sus mujeres no se dejen apalear sin protestar, algunos llegan incluso a matarlas, me parece, vamos si no estoy equivocada. Cierto es que, cuando se acaba el amor y no hay independencia economica o sentimental por ambas partes la vida se convierte en un infierno, en un verdadero infierno. Este señor da la sensación de lo que está impregnado es de algo que es tan profundo que ni el mismo se da cuenta que lo destila, tan enraizado está en su ser. Escribí hace poco sobre el problema. No hay bueno@ y mal@s, o quizás sí. Aquello@s que se han aprovechado de un sistema de relaciones degradado y que a uno y otra les iba bien, son reflejo de la degradación del sistema patriarcal. Muchas mujeres hemos protestado, lamentado, la dependencia económica que aún es lacerante en nuestra sociedad. Una relación de dependencia o interés degrada al que la ejerce y a la que la acepta. Somos lo suficiente inteligentes y capaces para convivir por deseo y amor y no por interés y si no se entiende esto mal lo tenemos, porque las relaciones, el amor romántico se acaba y lo que queda, muchas veces es un monstruo nada agradable de ver.
Y sobre la justicia, aquél principio de la búsqueda de la verdad vete tú a saber donde se quedó. La única vez que he acudido a la justicia para defender lo que es mio, me quedé alucinada de que nada de lo que decían y hacían se ajustaba a lo que yo, pobre de mí, creía debía ser la justicia. Artificio, y más artificio.