Bad Bunny y el imperio del placer, he de releer de nuevo el artículo, sigue diferentes vías. La heterosexualidad obligatoria de la iglesia patriarcal o del patriarcado reforzado por la iglesia(hipócrita), nos han llevado a un no entender que el cuerpo, nuestra sexualidad se expresa de muchas formas, todas bonitas, todas dignas, eso sí, si se viven con la libertad y el respeto al otro otra, o como se quiera la persona designar.

 Tu libertad sexual termina donde empieza la del otr@ o como se quiera la persona designar. 

A pesar de que el imaginario erótico masculino patriarcal se ha creado cosificando a un cuerpo sexuado en femenino, interiorizándolo, ahora, no se por donde vamos. Muchas de estas relaciones resultado de un sentirse diferente, reproducen los mismos roles patriarcales machistas de dominación y poder, no hablo de la promiscuidad, esto es un asunto personal, pero si de que para actuar de la misma forma como lo hacen aquellos que tu rechazas o con lo que no te sientes identificado, no hacia falta tanto ruido.

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En mi breve vida académica me he dedicado a encontrar la resistencia en lo más violento de la cultura popular mexicana. Es como si creyera que rascando para encontrar la subversión donde menos es posible, en lo más violento de lo violento, en las páginas de la nota roja [periodismo de sucesos sensacionalista], ahí, si encuentro resistencia ahí, entonces hay esperanza. Si puedo demostrar esa resistencia podemos reescribir la historia. Y entonces el futuro es diferente, es posible

...Pero para llegar aquí primero tuve que escribir un libro que me ayudara a entender por qué las ancianas víctimas del supuesto asesino/a serial El/La Mataviejitas contaban como víctimas para el Estado y para la Nación mientras que las mujeres víctimas de feminicidio en Ciudad Juárez o en el Estado de México o en el Estado de Tlaxcala nunca han contado?

Sin derecho a vivir sin miedo, si no vuelves a casa de misa:

Yvy Queen habla desde el deseo y lo difícil que es expresarlo en este patriarcado sistematizado. La imposibilidad de los cuerpos feminizados para sudar y gozar sin que signifique autorización para acoso y para abuso. Eso es lo que creen las autoridades en Chihuahua como justificación para no buscar al responsable víctima de feminicidio. Patricio Martínez, gobernador de Chihuahua de 1998 a 2004, dijo: “Bueno, estas mujeres no regresaban de misa cuando las atacaron”. Mujeres activistas feministas han denunciado una y otra vez la revictimización al creer y actuar bajo esa creencia por parte de las autoridades, que el usar minifalda es una invitación sexual. Las tesis performaron: Y la culpa no era mía, ni de donde estaba ni como vestía. Muchas veces ni en la pista de baile tenemos agencia política y sexual, reclamó Ivy Queen...