Effie Gray, una gran mujer. John Ruskin un hombre reconocido por su "erudición", un intelectual, un triunfador para el mundo androcéntrico. Para el mundo de las mujeres no patriarcales, un miserable, vamos. Esta es la historia de la humanidad, historia para no dormir.

Un poder enfermizo, nefasto que lo pudre todo, o casi todo, complicado no dejarse contaminar.

Un conocimiento que se basa en el desprecio y la violencia y se creen la especie elegida.

Ahora que toda la historia de violencia y opresión se "deconstruye", (trata de esclav@s, colonialismo, patriarcado), la mezquindad les acompaña y, si se le suma el liberalismo no hace falta añadir salvaje, nos quedamos sin aliento.  Cuanto no más falsa es la historia basada en la negación de derechos, libertades, dignidad de las mujeres, cuanto no más falsa, ahora, que vemos el resultado en perspectiva, adonde  lleva, nos dejamos llevar,  la humanidad.

 La caverna que se ve amenazada al verse descubierta, al ver como se alza la voz contra ella (ellos más bien), voz que, obviamente, se intenta ridiculizar y despreciar, -que no lo consigan, por favor-, lastimosamente apoyados de sus mejores aliadas, las mujeres patriarcales, las Bernarda Albas de todas las épocas, siempre aliadas con quienes odian la libertad y dignidad femenina y por qué no, también masculina.

Escupamos sobre la historia de los hombres. 

¿No va siendo hora de que lo hagan los hombres también? Que escupan sobre todo el "conocimiento" acumulado que sólo satisface "egos entre egos". Para nada ayuda a crear un mundo más justo y digno.