
Desafortunado el comentario uniendo los consejos de la madre susodicha con la figura real y ficticia de los milicianos sudorosos y lascivos, de la escritora. Desafortunado sí, pero, se puede entender si no olvidamos las incursiones y pinceladas de erotismo, que la autora ha hecho y hace en sus novelas. No me parecería tan grave sino fuera que esta realidad de lascivia, salvajismo y brutalidad siguen aplicándola los hombres de la guerra en la actualidad contra niñas y mujeres indefensas, y por desgracia, no es patrimonio de nadie, guerrillas sin piedad, cascos azules, derecha, izquierda...la miseria humana no distingue y anida por doquier. Eso, al menos en su carta al director, parece olvidarlo el señor Antonio Muñoz Molina que, veloz escribió, y le publicaron, la réplica al artículo de la escritora. Todos sabemos de la barbarie de nuestra guerra civil, por un lado y por el otro, unos se pasaron y mucho en el ejercicio del poder, el caciquismo y la opresión, miseria humana y no fueron ni son nada generosos con toda la población que moría de hambre y era pasto de la represión más brutal. Buenos y malos en ambos lados, barbaridades en ambos lados, sin embargo, unos han presumido de ser los buenos(huyo de esta bondad) y los otros poco a poco queremos recuperar la dignidad de los familiares que sí lucharon por un mundo justo y por unos ideales. Si analizamos la realidad política de hoy en día veremos la cantidad de porquería que esconde, eso en una sociedad desarrollada y "democrática" ¿cómo no iban a desatarse los instintos asesinos de unos y otros en un momento histórico de descontrol? ¡Vaya que no se producen asesinatos, robos, extorsiones, corrupciones, nepotismo, amiguismo en nuestros días! Las cosas no han cambiado tanto. A mí tampoco me gusta mi país, ver lo que estamos haciendo de él entre todos, un@s a conciencia (escatimando en la educación pública, por ejemplo), otr@s por omisión. No tengo la suerte o desgracia de poder irme lejos, a veces también lo hemos pensado, parece que, nos sigue doliendo España, y no tenemos el remedio. Ahora saldrán los nacionalista y separatistas a llamarme de todo. Todos vivimos de un cuento u otro.