El Buen y el mal gobierno
Un Buen gobernante, un buen gobierno ha de ser justo, transparente y velar por el Bien Común, no por intereses inconfesables, maquillados en exceso con el único fin de engañar, llenarse los bolsillos y mentir.
El pensamiento de la experiencia, es decir, el partir de sí, se convierte en práctica política capaz de transformar el mundo, cuando un hombre o una mujer así lo quieren. Desde el partir de sí, sin mentiras, hipocresía, maldades ni violencia y actuando en todos los campos de la vida, es como entiendo mi ser mujer. A pesar de nuestras, mis, "mochilas" personales.
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