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El País, 31 de mayo
"...El déficit catalán se dispara hasta 1.185 millones por el revés inmobiliario..." El gobierno catalán, los ayuntamientos,todas las instituciones políticas están asustadas a causa de la crisis de la construcción, crisis que hace dos años analistas críticos ya vaticinaban con una gran claridad. No entiendo que los expertos de la administración estuviesen mudos y ciegos.El aumento desproporcionado de los precios de la vivienda estaba claro que era una aberración económica Demasiados intereses todos llenaban sus bolsillos y ahora que no hay dinero suficiente, todo son lamentaciones. No quieren renunciar a su estatus de vida político y algunos ayuntamientos ya piden poder subir los impuestos sin necesidad del permiso del gobierno central, como siempre todo lo va a pagar la ciudadanía. Los sueldos que apenas si se han movido con toda la inflación del euro, ahora estatuas.Todos preocupados porque las inversiones se van a tener que paralizar o utilizar una fórmula de endeudamiento nueva "golden rule", endeudamiento para financiar inversiones productivas.Es decir van a tener que apretarse el cinturón (adiós apertura de delegaciones en las capitales del mundo, subvenciones para idioma en un país mucho más rico que el nuestro, informes que dan ganas de llorar, coches para trabajar mejor...en fin una gran generosidad con el dinero que deberían gestionar con una prudencia y exquisitez infinitas, en beneficio de la ciudadanía, y la verdad, los políticos no están habituados a esto. La crisis se refleja de una manera amarga, no había mas que ver como se abalanzaban hombres y mujeres para poder conseguir una merluza o cualquier tipo de pescado de los que regalaban en su protesta las cofradías de pescadores. Algo lamentable, eso quiere decir que no comen pescado fresco ni "patrás". No quiero ni pensar lo que se nos avecina. Volveremos al sistema feudal, el pueblo cargado de impuestos para que vivan unos cuantos a sus anchas. A fin de cuentas lo mismo de siempre, siglo tras siglo. Y los pobres agradecidos.