De ablación y poligamia

Me quedé con ganas de comentar el magnifico artículo del sr. Gregorio Peces-Barba "Version laica del non possumus" 15/08/2008. Habida cuenta lo que significó y significa que religión y estado sean lo mismo(a partir del pensamiento ilustrado), pensando en los países islámicos y mirando también, a nuestro pasado reciente y lejano, entiendo, era necesario aunque fuese por milésima vez, dejar las cosas claras. Es evidente que el poder corrompe y las iglesias tiene mucho poder, que este poder las haga pensar que tienen derecho a inmiscuirse en la vida privada de las personas, de "todas" las personas es otra cosa, se equivocan. Somos much@s las que no necesitamos ser evangelizados o más bien re-, ya que en su día nos liberamos, un@s, apostatando y casándonos tal como nos lo pedía el cuerpo, por lo civil -te obligaban a apostatar- que maravilla,(¡gracias!), otros según les marcara su historia personal. Así nos liberábamos de un yugo impuesto por la fuerza. Las creencias son algo que un@ ha de desarrollar libremente, no por imposición y atañe a su vida privada, no es necesario hacer gala de nada cuando uno tiene una fe en la creencia que quiera, menos imponerla. El que la iglesia católica se crea depositaria de unas x verdades es más su problema que no el nuestro. Por favor hagan introspección y analicen, como bien dice el sr. Peces-Barba, y aunque solo sea un poco y po0r un momento sus actuaciones a lo largo de su historia,creo que, mas bien, deberían estar pidiendo constantemente perdón, la caza de brujas, la mayoria eran mujeres, espera, esperamos todavía...No me alargo más dejo un trozo del artículo que me parece (todo él lo es) más suculento:
"...La Iglesia reclama un derecho de veto frente al contrato social, a los acuerdos de las mayorías, y la idea de soberanía popular. Son los signos más evidentes del carácter antimoderno de la Iglesia católica que quisiera para sí lo que está institucionalizado en países como Irán, donde un poder religioso está por encima del poder de un presidente de la república elegido por sufragio. ¡Quién iba a decir a la Iglesia de Lepanto que envidiaría con el paso del tiempo a las estructuras jurídicas de sus enemigos ancestrales!