"El futuro de África está en manos de las mujeres de este continente", es una frase que vengo oyendo y leyendo desde hace muchos años. Es un hecho constatado que en los países no azotados por las guerras entre mafias o mercenarios al servicio del peor postor -sus caciques, nuestras empresas, ahora China-esquilmando el continente, Los jóvenes africanos abandonan sus aldeas, sus familias, en busca de una vida mejor, en pos de un sueño que difícilmente se cumple. Deseo muy digno y justificado. En estas aldeas y ciudades, vacías de hombres jóvenes, la economía queda en manos de las mujeres de todas las edades, más, en aquellas zonas en que la religión musulmana y las iglesias protestantes europeas y americanas han quedado al margen. En algunas regiones el patriarcado bestial, unido a la religión musulmana y al sectarismo de las iglesias protestantes, aborta la poca libertad de las mujeres africanas, también la hipócrita prohibición de protección sexual, de la iglesia católica, castiga terriblemente a las mujeres al dejarlas indefensas contra el sida. De todas formas hay muchas mujeres que llevan adelante sus proyectos económicos y lo consiguen. Sin embargo, de la lectura del artículo de Iciar Bollain se desprende otra lectura, ya que otra plaga planea tenebrosamente sobre los países en desarrollo, el encarecimiento de los cereales y la sombra que proyecta, el hambre, azotará, como no, muy duramente a las mujeres. Serán las que se quedarán sin comida, nos dice. Morirán de hambre. A mí se me presenta un conflicto, no entiendo cómo se va a conjugar la escasez de alimentos con la campaña de vacunación, que algunas entidades han iniciado, en colaboración con Gavi Alliance que preside la señora Graça Machel, con el fin tan loable de evitar, en la medida de lo posible, la muerte de diez millones de niñ@s en el mundo, pero, con temor a que se me malinterprete, pienso, qué sentido tiene salvar a los niñ@s si no van a tener comida, van a morir, esta vez de hambre y sus madres impotentes, también, o van a seguir "viviendo" en un mundo terriblemente cruel para con ellas, un mundo que a muchas nos produce vergüenza y contradicción, por la impotencia que sentimos y la injusticia que genera nuestra comodidad. Que buen@s somos y que mal@s somos.
http://www.elpais.com/articulo/reportajes/bofetada/realidad/elpepusoc/20080518elpdmgrep_5/Tes
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