Al principio lo ves como algo emocionante, por lo poco habitual, al ver que sigue granizando y que no para, te estremeces, 50 minutos...Todavía no me he repuesto del susto de la tormenta del viernes. El Maresme, La Selva y Vallés Oriental, pero sobretodo El Maresme, fueron las zonas geográficas en las que una tormenta de granizo cayó de forma brutal. En mi casa se taponaron los desagües de las terrazas, la piedra y la bajada de la temperatura impedían el paso por la boca de la poca agua y el mucho granizo, poco a poco, se iba acumulando granizo y agua en las diferentes terrazas, debido al bloqueo de los tragaderos, el nivel de granizo y agua iba subiendo para mi desesperación .Llevo 25 años viviendo en la zona, nunca había vivido semejante experiencia. Suele llover poco y descontroladamente, pero el agua busca su camino y circula. El granizo taponaba todas los posibles salidas, las bajas temperaturas alcanzadas agravaba el problema. La impotencia era total. Siempre que veo casas inundadas, pienso, que desesperación deben de sentir las personas afectadas. Cuando las casas destrozadas, me cuesta entender que la gente se asiente una y otra vez a pesar de los peligros. Los huracanes, las tormentas tropicales, los tifones, en fin, un sin fin de fenómenos meteorológicos que cada vez afectan más la vida de las personas en todo el mundo, sin embargo, persisten la resistencias de muchos países en adoptar el Protocolo de Kioto, y algunas potencias en especial, a pesar de que sufren en carne viva las inclemencias de la naturaleza desatada.
Ah! en TV3 dieron la noticia como si hubiese sido una mera anécdota, increíble.
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